viernes, 17 de febrero de 2012

A través del espejo.


La aventura de comenzar un nuevo blog hace que tenga ganas de crear cinco o seis entradas por hora, aunque sé que ese ritmo va a bajar enseguida, por supuesto. Para entrar ya un poco en harina os hablaré de dos libros que me encantan y que todos conocéis, Alicia en el País de las Maravillas y A través del espejo. De ellos hice el trabajo final de mi asignatura favorita de toda la carrera, Literatura Comparada (hablaré de ella en otra entrada), y disfruté muchísimo haciéndolo, pero ahora me voy a centrar en cómo se abordan los juegos de palabras en la traducción de una de las ediciones del libro, la de Ramón Buckley (ed. Cátedra), traducción que me parece sublime, en parte por lo difícil que ha tenido que ser conseguir trasladar a nuestra lengua todos los juegos de palabras con los que nos obsequia Lewis Carroll, maestro del denominado «nonsense» («disparate», «sinsentido»).

En concreto quiero hablaros del poema «Jabberwocky» (en esta traducción, «Fablistanón») que Humpty Dumpty (traducido aquí como «Tentetieso») le explica a Alicia en A Través del Espejo, y donde se puede ver el «nonsense» elevado a su máxima expresión.

'Twas brillig, and the slithy toves
Did gyre and gimble in the wabe;
All mimsy were the borogoves,
And the mome raths outgrabe.

"Beware the Jabberwock, my son!
The jaws that bite, the claws that catch!
Beware the Jubjub bird, and shun
The frumious Bandersnatch!"

He took his vorpal sword in hand:
Long time the manxome foe he sought--
So rested he by the Tumtum tree,
And stood awhile in thought.

And as in uffish thought he stood,
The Jabberwock, with eyes of flame,
Came whiffling through the tulgey wood,
And burbled as it came!

One, two! One, two! and through and through
The vorpal blade went snicker-snack!
He left it dead, and with its head
He went galumphing back.

"And hast thou slain the Jabberwock?
Come to my arms, my beamish boy!
O frabjous day! Callooh! Callay!"
He chortled in his joy.

'Twas brillig, and the slithy toves
Did gyre and gimble in the wabe;
All mimsy were the borogoves,
And the mome raths outgrabe.

En este poema, las únicas palabras que se mantienen en su forma original son los artículos y los verbos «ser» y «estar» (y sus formas conjugadas). Todo lo demás son palabras inventadas por Carroll. ¿Quiere decir que, al no ser términos propios del inglés, no haría falta traducirlos? No, porque son palabras que, desde luego, parecen inglesas, y en absoluto españolas y, además, muchas de ellas son las que Humpty Dumpty denomina «palabras maleta» o «palabras-comodín»: palabras que, al igual que en una maleta caben varios objetos, abarcan varias palabras en una sola. Como ejemplos tenemos «frumious» («fuming» y «furious»; en español «frumioso»: combinación de «furioso» y «humo»), «slithy» («lithe» y «slimy»; en español «viscoleantes», es decir, «vivitos y coleando») o «mimsy» («miserable» y «flimsy»; en español «misébiles»: «miserables» y «débiles»).

La versión en español queda así:

Asurraba. Los viscovivos toves
taladrando en las váparas ruetaban;
misébiles estaban los borgoves,
mientras los verdos momios bratchilbaban.

¡Cuidado, hijo, con el Fablistanón!
¡Con sus dientes y garras muerde, apresa!
¡Cuidado con el pájaro Sonsón
y rehuye al frumioso Magnapresa!

Blandiendo su montante vorpalino,
al monstro largo tiempo persiguió...
Bajo el árbol Tumtum luego se vino
y un rato cavilando se quedó.

Y estando en su aviesal cavilación,
llegó el Flabistanón, ojo flagrante,
tufando por el bosque fosfuscón,
y se acercó veloz y burbujante.

¡Un, dos! De parte a parte le atraviesa
varias veces el vorpalino acero.
Y muerto el monstro, izando su cabeza,
regresó galofando muy ligero.

¿De verdad al Flabistanón has muerto?
¡Ven que te abrace, niño radioroso!
¡Hurra, hurra! ¡Qué día ristolerto!
risotó carcajante y jubiloso.

Asurraba. Los viscovivos toves
taladrando en las váparas ruetaban;
misébiles estaban los borgoves,
mientras los verdos momios bratchilbaban.

El propio traductor explica en una nota a pie de página que le ha sido imposible traducir el poema punto por punto de forma literal. Esto es debido a que no solo hay que crear un nuevo poema que tenga el mismo contenido y una forma similar o, al menos, forma «de poema», sino que hay que añadirle la dificultad de inventar palabras, algunas de ellas mezcla de varias, que tengan el mismo significado.

Me parece que Buckley se las ha tenido que ver y desear para traducir este libro, en especial el poema, y por ello me parece que una de las cualidades esenciales en un traductor literario es la imaginación. Sin medida ni límites. Nunca sabes por dónde te va a salir un autor.

Mi pregunta es: ¿qué habríais hecho vosotros en un caso como el de este poema? ¿Os habríais atrevido también a «reescribirlo» aún teniendo que inventar tantas palabras; es decir, a escribir un poema prácticamente entero (casi no me parecería injusto considerar la traducción como una obra original del traductor) utilizando un idioma de vuestra propia cosecha, que no existe, y aún así seguir siendo fieles al espíritu del original? ¿O habríais optado por otra solución? Yo creo que hubiera sido valiente y lo habría intentado también, aunque ¡una cosa es decirlo y otra hacerlo!

Y, para terminar, ya que estamos con Humpty Dumpty, os dejo este monólogo de Ricky Gervais que me hizo reír muchísimo:



À la prochaine!

5 comentarios:

  1. Creo que si me propusieran esto sería como si me propusieran sacarme la carrera de matemáticas... ¡Imposible! Se suele decir (y es verdad) que un traductor solamente puede traducir poesía si tiene alma de poeta... pues bien, creo que esto solo lo podría traducir alguien con excesiva imaginación y quizá consumiendo algunas sustancias prohibidas... aun así, el hecho de siquiera plantearse cómo lo habrías traducido ya te delata como una auténtica devota de los retos, ¡Enhorabuena! :-)

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    1. Lo del poema de Carrol me parece increíble. Yo leí la Divina Comedia en castellano en verso, con rima y todo, también debió ser un trabajo ingente. Me gustaría leer también así a Shakespeare y a Homero.

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  2. El viernes publicaron en El cultural una entrevista a Ramón Buckley (http://www.elcultural.es/noticias/BUENOS_DIAS/2789/Ramon_Buckley)y al leerlo me acordé de lo que trabajaste Alicia.

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  3. Literatura Comparada, qué recuerdos ^^ (si alguna vez quieres mi trabajo sobre V de Vendetta para ponerlo aquí, te lo paso)... Cómo me encantaba esa asignatura, me metería en un curso de esto si lo diera nuestro Iván (nos debe unas cañas, por cierto).

    Sobre la traducción del poema que pones, me parece que el simple hecho de intentarlo es una proeza, como ocurre con la poesía en general, y más en un poema con la mayoría de palabras inventadas. Me imagino que sería a la vez un placer y un reto y un infierno y un constante quebradero de cabeza para el traductor. Traducirlo manteniendo el ritmo y la rima me parece para quitarse el sombrero, la verdad.

    Siempre que compro un libro de poesía de un autor extranjero, procuro que sea edición bilingüe, por ver como ha quedado la traducción.

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  4. Muchas gracias a todos por los comentarios. Yo también pienso que hay que tener alma de poeta para traducir algo así; como he indicado en la entrada considero que es casi como escribir un poema tú mismo. Es que creo que es tal reto traducir una obra como Alicia que después de hacerlo (sobre todo de forma tan soberbia como lo ha hecho Buckley) uno ya puede decir que ha llegado a la cima como traductor (y morir tranquilo :P).

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