domingo, 5 de enero de 2014

¿Combo traducción + edición?


Hace mucho (bueno, muchísimo, siglos) que no escribo en el blog, ya que no tenía novedades relacionadas con la traducción, y me dedico más a leer que a escribir, pero como propósito de año nuevo voy a intentar publicar entradas más asiduamente, siempre que el tiempo que me sobra entre clases y correcciones me lo permita. Volví a España y estoy trabajando en un colegio enseñando lengua española, inglés y francés a estudiantes de siete a dieciséis años (como veréis no me aburro), y me gusta mucho pero no quiero dejar de lado la posibilidad de compaginarlo con mi sueño desde que entré en la carrera: poder traducir libros algún día. Es un tipo de traducción delicada, sin terminología específica en la que poderse especializar, mal pagada, de difícil acceso... pero que tiene que ser muy gratificante.

Hace unos meses no sabía si este año (académico) estaría trabajando o no, y tenía más o menos claro que quería estudiar un máster o al menos seguir formándome en algo relacionado con la traducción. La idea que tenía entonces era estudiar a distancia el Programa de Postgrado de Traducción Literaria de la Universidad Pompeu Fabra. Pero este programa presenta dos inconvenientes que me echan un poco para atrás (aunque sigo queriendo cursarlo en el futuro): 

- En primer lugar, que sea a distancia. Como les pasa a muchos otros estudiantes, prefiero el contacto con los profesores y los compañeros que proporciona la enseñanza presencial. Y no me llevo muy bien con las plataformas virtuales de las universidades.

- En segundo lugar, no me queda muy claro lo que se aprende en un curso de traducción literaria, o lo que yo espero de un curso de este tipo. Un traductor de literatura tiene que leer, leer y seguir leyendo, sobre todo en su lengua materna. Esa es su formación principal. Y, por lo que tengo entendido, en este tipo de traducción no es en el que más se utilizan las herramientas de traducción asistida. Así pues, ¿no es su propio bagaje cultural y lingüístico lo que realmente forma a un traductor literario? ¿No es mejor apuntarse a algún curso de escritura o de corrección en español para aprender a escribir bien?

Con todas estas cuestiones dándome vueltas en la cabeza hablé con una amiga traductora. Ella me sugirió que tal vez sería mejor aprender sobre el ámbito editorial, ya que al fin y al cabo es el mundo en el que un traductor literario se desenvuelve. Así que tanto ella como yo nos inscribimos en el Curso de Edición Profesional de Taller de los Libros, que se imparte tanto en Madrid como en Barcelona. Es un curso presencial (y, sin embargo, compatible con mi horario de trabajo) y con un número muy limitado de alumnos (alrededor de veinte). Nuestra profesora principal (en Madrid) es Donatella Iannuzzi, editora de Gallo Nero (os recomiendo que echéis un vistazo a su catálogo), y también vienen otros editores (de editoriales normalmente pequeñas como Ático de los Libros, Sajalín, Sins Entido, Rayo Verde... pero también gigantescas como Planeta) a informarnos, enseñarnos y resolver nuestras dudas acerca del sector editorial. Todas las clases son interesantísimas y además siempre suele surgir algún debate entre los estudiantes (uno de los más recurrentes es el de las ventajas e inconvenientes de la edición de libros digitales).

De momento estoy muy satisfecha con el curso, porque me apasiona el tema y porque lo considero un buen complemento a mi formación como traductora, aunque cada editor que nos da clase nos insiste en lo duro y arriesgado que es este mundillo. Todos nos dicen que los traductores (la traducción suele ser un servicio externalizado) siempre se quejan de lo poco que les pagan los editores, pero que realmente la traducción se lleva un porcentaje bastante alto del coste de la edición de un libro. ¡Es difícil contentar a todo el mundo!

En fin. Como me he propuesto escribir en el blog más a menudo, os iré relatando mis experiencias como estudiante de edición y en unos meses os diré si realmente considero que merece la pena (para un traductor) estudiar este curso u otro del estilo.



Hasta pronto,
Elvira.

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