lunes, 27 de enero de 2014

Donde dije digo, digo digo.

Anoche, traduciendo un texto que estaba en inglés, me di cuenta de que el autor abusaba del verbo said. No es, ni mucho menos, que el texto estuviese mal escrito ni que le faltara vocabulario, pero todos hemos leído textos donde se utiliza este verbo mucho más de lo necesario. Así que me encontré ante la disyuntiva de:

a) tirar de sinónimos y concederle al texto traducido una riqueza de verbos de dicción que el original no tenía, o

b) asumir que el autor usa siempre el mismo verbo intencionadamente y mantener su estilo.

El inglés, como todos sabemos, es una lengua con un vocabulario muy abundante. De hecho, aquí os dejo una lista que he encontrado (en Pinterest xD) con cien maneras distintas de decir said, cada una con algún matiz distinto:



Entonces... ¡¿por qué el autor no para de decir said?! ¿Y cuál debe ser nuestra postura como traductores? ¿Mantenernos fiel al estilo del autor, sea más o menos rico, o, en pos de la variedad léxica (y en una postura menos humilde), hacer caso al dicho traduttore, traditore y optar por (según mi diccionario de sinónimos) «expresó», «manifestó», «expuso», «precisó», «mencionó», «comentó», «apuntó», «observó», «señaló», «explicó», «nombró», «pronunció», «articuló», «enunció», «exclamó», «comunicó», «informó», «anunció», «proclamó», «advirtió», «recalcó», «soltó», «dejó caer», «aconsejó», «intervino», «respondió», «alegó», «confesó», «indicó», «contó», «refirió», «formuló», «declaró», «afirmó», «aseguró», «aseveró», «sostuvo», «propuso», «opinó», «hizo saber», «murmuró», «masculló», «balbució», «farfulló», «musitó», «declamó» o «recitó»? En un texto original lo tendría claro, pero ¿y en una traducción?

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